miércoles, 28 de septiembre de 2016

APLICACIONES DE LA PSICOLOGÍA POSITIVA PARA ADULTOS MAYORES

Autor: Prof. Lic. Carmen Díaz Pontones


INTRODUCCIÓN

Los resultados de las investigaciones científicas contemporáneas sobre la vejez demuestran que esta etapa  hay que vivirla física y mentalmente de forma activa, evitando el peligroso sedentarismo y el aislamiento social. Debido a ello en numerosos países, entre ellos Cuba,  se crean y organizan asociaciones, clubes, proyectos, cursos, que ayudan a que el adulto mayor tenga una vejez satisfactoria, siendo de gran utilidad estos planes y  programas estructurados en grupos muy heterogéneos en algunos aspectos, como la escolaridad y el estado de ánimo de sus miembros, por lo que no conviene hablar en un lenguaje estrictamente psicológico. Son colectivos que tampoco tienen facilidad de acudir a buscar apoyo de psicólogos profesionales y esto puede evitarse, por lo que entendemos necesario reforzar la importancia de la atención de la tercera edad y del apoyo de su bienestar por diferentes vías. Esta que estamos presentando se caracteriza por resultar asequible a personas no especializadas ni con formación en psicología y será enfocada en el presente trabajo con  el objetivo de facilitar que el adulto mayor disponga de vías para incrementar su calidad de vida.

DESARROLLO

Fue tendencia general de las ciencias médica y psicológica concentrarse en el estudio del enfermo y de la enfermedad. El inicio de la conquista del espacio forzó la necesidad de caracterizar al ser humano sano, tanto en lo físico como en lo psicológico, algo indispensable en el proceso de selección de astronautas y cosmonautas, denominaciones que utilizaron, respectivamente, los programas espaciales de Estados Unidos y de la Unión Soviética. A partir de la década de los 60 la medicina comienza a estudiar a las personas sanas y no solamente a las  enfermas. En psicología, a partir de los 90, surgió una tendencia parecida, estudiar cómo mantener o incrementar la salud psicológica del ser humano.

En Wikipedia se encuentran psicólogos como Martin Seligman, y Daniel Goleman y se destacan sus obras sobre la Psicología Positiva y la Inteligencia Emocional, respectivamente.  Wikipedia presenta un artículo sobre el Dr.Seligman donde afirma que:

   La Psicología Positiva estudia las bases del bienestar psicológico y de la felicidad, así como de las fortalezas y virtudes humanas. Es una corriente específica dentro de la Psicología que estudia diversos aspectos del ser humano: emociones positivas como la felicidad, la alegría o el amor y fortalezas como el optimismo, la creatividad, la gratitud, la sabiduría, o la resiliencia [1]

No es fácil para las personas de la tercera edad el acceso a estas publicaciones; sin embargo el Curso de Animación Personal Positiva “Envejeciendo y Creciendo” del Centro Fe y Cultura Loyola en La Habana (Centro Fe y Cultura "Loyola", 2014) y publicaciones como Vida Cristiana, (García López, 2014) comentan estas obras. Como vemos la información para las personas que viven la adultez mayor está dispersa, por lo que uno de los propósitos de este trabajo es reunir esa información para facilitar al adulto mayor de círculos de abuelos, y  de proyectos de la tercera edad, el acceso a ellas y la aplicación de esos conocimientos por sí mismo, sin ayuda profesional.



La vejez, también llamada tercera edad o adultez mayor es la etapa final de la vida de los seres humanos. Se caracteriza por sus fortalezas y debilidades. Cuando llegamos a esta etapa debemos sentir la satisfacción del largo vivir, de los logros obtenidos, de la familia constituida, de los conocimientos y títulos adquiridos y experiencias acumuladas. Sin embargo, nos enfrentamos también a duros cambios físicos, psicológicos, sociales e intelectuales, que pueden llevarnos a vivir crisis intra e interpersonales. Con el acontecer de los años nuestro organismo envejece, nuestro físico cambia, llega la edad de la jubilación, perdemos familiares y seres queridos, se pueden presentar enfermedades que nos incapaciten o nos limiten y nos hagan dependientes de otra persona. Todas estas situaciones pueden traernos como consecuencia que nuestra autoestima o valoración propia se estropee, quede disminuida. Es en este aspecto que tenemos que actuar para lograr tener una vejez satisfactoria, o dicho de otra forma, es la adaptación racional a estos cambios lo que tenemos que proponernos y lograr. Sería muy beneficioso traer a este trabajo algunas ideas de la Sección Envejeciendo y…Creciendo del semanario Vida Cristiana sobre la Psicología Positiva, el Optimismo Inteligente y las Emociones Positivas en el Envejecimiento Satisfactorio.

La Psicología Positiva es un camino para aprender a dominar los recursos personales que aumentan la calidad de vida en dos dimensiones: el crecimiento personal y el bienestar emocional. Esta Psicología lo logra al demostrar que las emociones positivas tienen un papel trascendental en la ampliación de los recursos físicos, intelectuales y sociales, al enseñarnos a obtener emociones como el agradecimiento, el perdón y el incremento del optimismo, con esfuerzo y voluntad. La Psicología Positiva nos plantea que aprender a practicar el “optimismo inteligente” es un paso esencial en la vida del adulto mayor.

Analizando estos planteamientos nos damos cuenta que esta corriente científica trabaja con técnicas y estrategias aplicadas a los aspectos positivos del ser humano, con el propósito de  que  este sea más feliz a cualquier edad, de allí la importancia que cobra en la adultez mayor, llena de experiencias y sabiduría y de grandes emociones, el aprovechamiento de aplicaciones que ya han sido realizadas exitosamente, entre las que deben destacarse los hallazgos de esta disciplina en el ámbito educativo desde el punto de vista de la geriagogía.

Aprender a procesar la información implica recordar que escogemos solamente una parte de los mensajes que nos envía la realidad, que podemos enriquecer esa información y descubrir nuevos matices siempre. Eso nos da la posibilidad de buscar nuevos enfoques que resulten más tolerantes y eviten que absoluticemos una primera impresión exageradamente negativa.

La Teoría de la Información demuestra que la realidad emite múltiples señales y esas señales son recibidas y modificadas por cada uno de nosotros en dependencia  de nuestras personalidades. Es decir, lo que se percibe por cualquier ser humano no es la realidad pura sino la realidad modificada por quien la está percibiendo. Estas modificaciones dependen de la formación de las personas, de su estado de ánimo y en general de su desarrollo previo en el cual tiene una tremenda importancia combinar habilidades racionales que permitan ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable.
El cerebro tiende a reprimir las cosas desagradables, por lo que las impresiones y percepciones agradables permanecen y se vinculan entre sí, se almacenan y se recuerdan de forma más duradera. Mientras más vínculos existan en las relaciones entre lo que se acaba de percibir y lo que se tiene ya  como formación previa, más solidez tiene el nuevo conocimiento que tiene su origen en las percepciones y en el procesamiento de las mismas.

Buscar en alguien o en algo que nos desagrade aspectos o detalles que nos agraden, con la certeza de que existen, es un ejercicio inicial que puede servir como punto de partida para el procesamiento de la información. De esta manera se facilita incorporar la posibilidad de descubrir elementos positivos en hechos o procesos donde nos limitamos a ver lo negativo. Buscar las causas del exceso de negatividad es una vía para facilitar el proceso y no limitarnos a ver lo negativo sino hacer el mismo más flexible y tolerante al enfrentar situaciones. Es necesario que el adulto mayor comprenda que tiene capacidad para modificar su pensamiento pesimista y que este cambio lo puede lograr aplicando conocimientos como los que aquí se tratan.

También es importante tener una educación emocional que nos permita aprender a regular las respuestas emocionales, para ello es necesario saber percibir las emociones, comprenderlas, manejarlas y utilizarlas de manera que mejoren nuestra calidad de vida. Esto puede apreciarse en este esquema tomado de la Revista Mujeres. (Más, 2016) 1-2016 pp 39-42



La percepción es modificada por la personalidad de quien la realiza, y por tanto, es muy difícil que una persona pesimista, que se tenga lástima y una baja autoestima, disfrute los aspectos positivos de sus percepciones. Éste es el punto de partida, y cuando lo que se percibe es desagradable debido a las modificaciones introducidas por la personalidad, entonces la comprensión de esa percepción ya está dañada. Analicemos el proceso contrario, donde el optimismo y una alta autoestima permitan a la persona ya en su tercera edad, disfrutar y agradecer los aspectos agradables en sus percepciones. Esto lleva a comprender de una manera diferente, a través de esas percepciones favorables, la realidad que es la misma en los dos casos. Por lo antes visto, quien logra el disfrute de sus percepciones, gracias a una actitud positiva ante la vida, puede manejar las situaciones y utilizarlas en su propio beneficio, en vez de sumar tristezas, sumar alegrías. Por tanto, es necesario pero posible,  hacer el esfuerzo para aprender y aplicar en nuestra vida cotidiana pensamientos optimistas, y respuestas emocionales positivas.

Numerosas investigaciones muestran, que al vivir de forma optimista y experimentar emociones positivas, los recursos personales aumentan; se conocen personas que no lograron estudios superiores en su juventud y en su adultez, sin embargo en su vejez, han podido vencer carreras universitarias y obtener el ansiado título, aquí se puede apreciar un aumento en sus recursos intelectuales. Otras, débiles espiritualmente en su juventud, no pudieron socorrer a seres queridos enfermos o accidentados, pero con los años tuvieron el coraje necesario para llegar a salvar la vida de algún semejante. En nuestros días conocemos descubrimientos científicos que son el resultado de la entrega optimista de muchos investigadores de la tercera edad, así como obras de arte relevantes.

CONCLUSIONES

El adulto mayor puede obtener, por su propio esfuerzo, una mayor calidad de vida, mediante una actitud positiva que le permita enriquecer sus percepciones con los mejores aspectos de las mismas.
Las percepciones, una vez enriquecidas en sus aspectos más positivos, pueden interpretarse de una manera que permite su manejo de forma más favorable.

El presente trabajo concentra información presente en diversas fuentes, no siempre accesibles, útil para aprovechar la experiencia del adulto mayor con vistas a que, sin necesidad de ayuda profesional especializada, utilice estos conocimientos para mantener, e incrementar, su salud psicológica.

La base teórica de las propuestas que aquí aparecen, están en la Psicología Positiva, que se centra no solamente en el estudio del pensamiento, sino también de las emociones, especialmente de la persona psicológicamente sana que, de manera preventiva, cuida que sus emociones apoyen una tercera edad mas satisfactoria. 


REFERENCIAS

Centro Fe y Cultura "Loyola". (16 de Septiembre de 2014). Curso de animación personal positiva "Envejeciendo y creciendo". La Habana, La Habana, Cuba.

García López, C. (2014). Envejeciendo y ... creciendo. Vida Cristiana.

Más, S. (2016). Vivir mejor con nuestras emociones. Mujeres (1), 39-42.




[1] Esta palabra cambia su significado según la ciencia que la emplea. En Psicología se refiere a la capacidad de resistir emociones y situaciones negativas, salir adelante y continuar la vida con el fortalecimiento debido a la experiencia.


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Acerca del Autor:

Carmen Díaz Pontones es Profesora de Química jubilada, graduada en el Instituto Superior Pedagógico "José Martí" de Camagüey, Cuba, en 1979. Impartió principalmente cursos de Química General e Inorgánica, en el mencionado centro donde también impartió Didáctica de la Química y dirigió primero el Departamento de Química ,para luego desempeñarse como Vicedecana Docente de la Facultad de Ciencias Naturales. Con anterioridad había ejercido como Profesora de Química del Preuniversitario "Álvaro Morell" de Camagüey en cursos correspondientes a los años del 10 al 12 de la Enseñanza Media Superior.